Si te gusta el periodismo, te gustará la radio

La reflexión del título se recoge en el libro Periodistas de Juan Tortosa. Es tan acertada que, efectivamente, no conozco a nadie que le guste el periodismo y que no le haya entusiasmado la radio. Hay varias razones, pero la principal consiste en ser la forma de comunicación más inmediata y directa. Algo que va intrínseco en el ADN de cualquier periodista.

Solo hay que pasar una mañana en cualquier emisora. Llega un teletipo de última hora (también un tuit o un mensaje de Whatsapp, hoy en día). El periodista contrasta que la información es cierta. Va al estudio (o entra por teléfono) y lo cuenta. Y ya está.

No necesita grandes infraestructuras, y es inmediata y humilde. La radio va al mensaje, al contenido, sin rodeos, ni dejarse distraer por interferencias. Simplemente, una persona cuenta y otra escucha, en definitiva, como la comunicación diaria interpersonal. Dos cómplices que llegan incluso a intimar y a crear lazos de fidelidad.

Por eso es el medio de comunicación que más posibilidades tuvo y tiene de acercarse a la simultaneidad en la transmisión de contenidos. A esto ayuda sin duda que la programación radiofónica desde hace unos años permite interrumpirse con relativa sencillez al estar, por lo general, fragmentada en grandes programas de actualidad emitidos en directo.

La radio es silencios, voces y sonidos; es comunicación en estado puro con lo que se hace difícil que no excite a cualquiera que le guste el oficio de contar. Con esa lealtad profesional hacia el medio, no es de extrañar que se posicione como el medio más creíble para la ciudadanía, según un estudio del Eurobarómetro. Que viva para largo la radio en cualquiera de sus formatos.

Ahora, ya se ve el fondo

Seguimos en un terreno hasta ahora desconocido. La ONU ya ha calificado la pandemia del covid como la mayor crisis del mundo desde la II Guerra Mundial. Solo hay que atenerse a las cifras que nos deja. Algo más de 3 millones de casos positivos en todo el mundo, cerca de un millón de curados y 233.000 fallecidos. Junto con todas las angustias generadas a nivel laboral, social y, sobre todo, familiar.

El virus ha dejado patente el egoísmo existente en la sociedad, la incompetencia de algunos gestores y el nivel ideológico de ciertos representantes políticos con afirmaciones irresponsables y deleznables. Desde gobernantes que pedían inyectarse lejía para combatir el virus, un disparate que aterrorizó incluso a los miembros del mismo gabinete, hasta portavoces de formaciones que vinculaban los fallecidos por coronavirus con la eutanasia.

Sin embargo, el lado bonito de la pandemia, como en todo desastre, son las personas del día a día. El sistema de salud ha dejado patente que sus profesionales se toman su trabajo como un servicio esencial, a pesar de los recortes de la anterior crisis económica. Las cajeras o los repartidores también han recuperado ese prestigio que la espiral del clasismo les había robado. Y así con un sinfín de profesionales, como los taxistas, los distribuidores, los agricultores y ganaderos, los periodistas o las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Todo esta labor vocacional, acompañada por iniciativas de ayuda a las personas más vulnerables, espontáneas y organizadas por la sociedad civil a través del voluntariado. Las relaciones vecinales vuelven a florecer con acciones de lo más variopintas desde los balcones y con guiños de complicidad, por ejemplo, a la hora de aprovechar los viajes para las compras.

‘El bicho’ ha frenado en seco el ritmo frenético que la sociedad llevaba desde finales del siglo pasado. Un parón obligatorio, eso sí, y necesario para no aumentar los casos y la consiguiente saturación de los hospitales. Todavía es pronto para medir los cambios que implantará esta pandemia, pero serán muchos, como los que acompaña a cualquier tragedia.

Este mes y medio se puede tomar de múltiples maneras. Entre otros, como tiempo improductivo, como unas frívolas vacaciones o como un reseteo existencial. Mejor este último. El confinamiento ha sido un tiempo para recordar cuál es el sentido de nuestro hacer en el mundo y qué importa realmente. Sin la cortina de la cotidianidad, estos días ha entrado luz y se ha visto el paisaje, incluso lo que está más al fondo.

ventana cortina fondo luz covid coronavirus

La televisión del futuro: dos informativos multimedia

Los informativos de televisión, tal y como los conocemos, tienen los días contados. Los nuevos consumos de contenido audiovisual están cambiando y la audiencia ya conoce lo que es noticia antes de las 15:00 y las 21:00. Por lo que los noticiarios deberán ir más allá y aportar mucho más contexto a los hechos.

A este cambio, hay que sumar las plataformas sociales, como Twitter, Facebook o Instagram, que sirven para conectar con la audiencia y pedir su interacción. Así que no nos debe sorprender que vayan ganando peso editorial en sus ediciones.

La 2 Noticias, que acaba de cumplir 25 años, siempre ha sido un informativo innovador. Desde esta temporada, ya es un informativo transmedia, que usa plataformas como estas para contar historias inéditas, además de su emisión multiplataforma.

En España, no hay ningún caso similar, pero sí que use elementos multimedia para enriquecer el contenido. Está ocurriendo con Les notícies del matí de À Punt Média, que parte de una emisión radiofónica a la que incorporan otros elementos. A nivel internacional, Al Jazeera produce NewsGrid, el primer informativo interactivo y social. Ambos son ejemplos muy distintos, pero que usan los mismos ingredientes.

Les notícies del matí de À Punt Mèdia

El informativo matinal de À Punt es un ejemplo de crossmedia donde se cuenta lo mismo sin tener en cuenta la narrativa. Lo que hacen en la televisión de À Punt es retransmitir la emisión de la radio de su grupo. Está claro que es un producto para ahorrar costes de producción y no tener dos equipos, uno para radio y otro para televisión, trabajando a esa hora.

El programa se emite de lunes a viernes desde las 7:00 a las 10:00. Por lo que la radio, en pleno prime time a esas horas, es quien marca la pauta y después se intenta ‘tapar’ la imagen para la televisión. Para amenizar y dinamizar la realización, a la señal del interior del estudio de radio, le acompañan una ventana con tuits de la cuenta corporativa de los informativos y dos ‘scrolls’ con noticias del día y el tiempo por ciudades.

La presentadora lee el informativo desviando la mirada a la cámara de vez en cuando, como se hacía cuando no existía teleprompter. Al dar paso a un compañero con una crónica, si está en el estudio, se le pincha su cámara y si está en otra delegación, se tapa con un grafismo con su nombre y fotografía. Si hay que dar paso a un corte, se intenta que sea un total y tenga imagen. En la previsión del tiempo, se muestran los mapas elaborados para el espacio L’Oratge. Lo de mostrar unas imágenes por su espectacularidad, algo muy típico en televisión, aquí no tiene cabida porque la radio marca la escaleta.

Sin embargo, hay momentos vacíos de imagen, cuando suena un indicativo por ejemplo, donde se muestra el plano de la presentadora sin ningún tipo de intencionalidad. Además, a la conductora del espacio se le ve haciendo gestos propios de la radio constántemente para comunicarse con el técnico. Precisamente, donde más naturalidad cobra esta emisión, es en la tertulia y en la entrevista sobre las 9:00.

Este es un informativo típicamente matinal, que al partir de la radio no es imprescindible estar pegado a la pantalla. Aún y todo, deja claro que, para un contenido de calidad, los mensajes deben adaptarse al formato en que se vayan a emitir y que la convergencia mediática puede ser interesante en términos de trasvase audiencia, pero deja que desear en términos editoriales, si no se adaptan esos contenidos.

Les noticies del Mati A punt Media
La presentadora en el comienzo del informativo.

NewsGrid de Al Jazeera

El informativo NewsGrid del canal árabe Al Jazeera es una muestra de cómo se pueden usar las redes sociales para generar contenido y contextualizarlo, más aún cuando está en auge la autocomunicación, sobre todo, entre la clase política. Se emite cada día a las 15:00 (GTM) en televisión y redes sociales desde el Estudio 14 en las instalaciones del canal en Doha (Qatar). Live, Report, Connect & Explore es su lema.

En este noticiario, la escaleta la marca la actualidad, pero siempre enfocada a lo que se vive en las redes sociales. Las entrevistas en doble ventana se hacen a través de Skype y no hay colas, esas imágenes que se emiten con la voz en off del presentador. Se sustituyen por un carro de tuits en la ventana a la derecha. Los breves del informativo los proporcionan los propios usuarios de las redes y durante la emisión hay abierta alguna encuenta de cuyo resultado informan antes de finalizar.

Para todo esto, la presentadora pide cada cierto tiempo la participación de la audiencia a través del envío de preguntas para una entrevista. Después da paso a una compañera que es quien recoge la opinión de la audiencia, los temas del momento o las conversaciones más significativas. Esto también se hace durante la publicidad en la emisión por televisión, ya que no se corta el ‘streaming’ en redes sociales y se deja pinchada la imagen de una cámara a la que acompaña un rótulo con las vías de contacto con el programa.

Visualmente, el informativo aprovecha sus dos grandes videowalls para dar paso a los invitados o para dar paso a gráficos. Lo hace, además, inspirándose en las ventanas de un navegador, donde cada una muestra una realidad distinta. De ahí el significado del nombre del programa, NewsGrid, ‘Ventana de noticias’. Incluso los rótulos no llevan pastilla y son más grandes, para facilitar su consumo desde dispositvos portátiles donde las pantallas son más pequeñas.

Al Jazeera pone la tecnología y las redes sociales al servicio de un informativo, que a pesar ser parecido a uno convencional, el contenido proporcionado en directo lo hace innovador e interactivo.