Limitar los tiempos al ‘Cuarto Poder’ en época electoral

Dicen que el término ‘Cuarto Poder’ para referirse a la prensa fue acuñado el escritor y político Edmund Burke en el debate de apertura de la Cámara de los Comunes del Reino Unido. En su discurso, tras repasar los tres poderes de aquel momento en el parlamento (los representantes de la Iglesia, la nobleza y los políticos), Burke señaló a la tribuna de prensa para referirse al lugar donde se sentaba el cuarto poder, en referencia a la influencia que ejercían los medios de comunicación sobre el resto. Corría el año 1787. Otras fuentes lo apropian al ensayista Williamn Hazlitt o a Lord Brougham.

Con independencia de su autoría, el término no deja lugar a dudas. Se refiere al papel guardián que tiene la prensa para con la sociedad. Un objetivo que hoy en día cabe resaltar en un contexto donde abundan las noticias falsas, los rumores y los bulos. Realmente, esto siempre ha habido, pero la sociedad ha sabido detectarlas y, en cierto modo, eran asumidas, como las promesas electorales o algunas declaraciones políticas. La diferencia de ahora es que existe una desinformación constante que impide saber lo que es cierto de lo que no. Hay ya un grupo de personas expertas en hacer negocio económico y político de todo esto.

Nos acercamos a un nuevo escenario electoral: los comicios municipales, forales y, en algún caso, autonómicos. Volverá el debate de limitar los tiempos en los medios públicos, algo que actualmente recoge la ley electoral. Las noticias que se dan en los espacios informativos de radios y televisiones públicas están tasadas en función de la representación que haya obtenido en los pasados comicios el partido en cuestión. De esta forma, quedan bloqueados los criterios periodísticos de sus profesionales y el peso de la información se reparte en segundos de emisión. Y lo peor es que no parece que haya visos de cambio, a tenor de las bochornosas opiniones de dos exvicepresidentes, Pablo Iglesias y Carmen Calvo, en ‘El Ágora de Hora 25’ de la Cadena SER.

Así las cosas, a los medios públicos se les complica la tarea de fomentar la capacidad crítica de la ciudadanía y protegerla de la desinformación, con debates de calidad sobre cuestiones políticas, sociales, económicas o culturales. Tal vez, ese día un partido no haya celebrado un acto noticiable, pero tendrá sus segundos en los informativos porque le corresponde.

Uno de los principales difamadores contemporáneos, Donald Trump, insistió en su campaña electoral en que los medios eran “el enemigo del pueblo”. La respuesta de los profesionales de la información fue contundente. Más de 200 publicaciones estadounidenses salieron en defensa de la libertad de prensa, entre ellas The Boston Globe o The New York Times. A destacar, el posicionamiento de la revista The Atlantic: «La prensa no es ni el enemigo del pueblo ni su aliado, sino su propiedad». Difícil de entender esta intromisión política y electoralista en la buena praxis periodística.

Cuando las barbas de la BBC veas cortar, pon las tuyas a remojar

La BBC es uno de los medios referentes en Europa. La corporación británica de radiodifusión cuenta con más de 50 estaciones de radio, una veintena de canales de televisión y varios sitios web enraizados en BBC Online. Este año se cumplirán 100 años de su fundación. Los pasos de este gigante de la comunicación, con ingresos de cerca de 6.000 millones de euros, permiten inturir hacia donde navega el sector de la comunicación.

Esta semana el director general de la BBC, Tim Davie, anunciaba ante el personal que impulsará un plan para ahorrar y después reinvertir 587 millones de euros con el fin de generar ingresos comerciales adicionales. Es decir, recortar por un lado para invertir por otro con un horizonte claro: digitalizar sus operaciones en los próximos años. «Este es el momento de construir una BBC con prioridad en lo digital», afirmaba Davie.

Lo más drástico será la pérdida de empleo, cifrada en mil puestos, que se suman a otros 450 despidos que se produjeron a comienzos de 2020. Más allá del terreno laboral, el plan recoge otras medidas. Dejarán de transmitirse de forma lineal el canal cultural BBC 4 y el infantil CBBC (Children BBC). Se unificará la emisión de sus dos canales de noticias actuales en BBC News, tanto para Reino Unido como para el resto del mundo, siempre con la posibilidad de retransmisiones separadas, según lo que suceda en el país y en el extrajero. Y, tal vez, el objetivo más ambicioso: que su aplicación iPlayer alcance el 75 % de la audiencia de la BBC.

Algo similar buscan con la radio al pretender mover los 34 millones de oyentes semanales del transistor a usuarios habituales de BBC Sounds, la plataforma donde se agrupan todas las radios, audios y podcast de la corporación. Además, BBC Radio 4, la estación más cara del grupo, solo se emitirá a través de internet.

Y en medio de todo esto, según su comunicado, impulsarán nuevos contenidos y formatos bajo demanda para noticias y actualidad en iPlayer y Sounds. Esto sin olvidar el periodismo local, con mayores inversiones en la programación regional y sistemas bajo demanda para el contenido más cercano.

Para explicar todo esto, en el argumentario de la dirección destacan dos razones: el descenso de consumidores en los medios tradicionales y, sobre todo, la particular situación del Reino Unido y el cánon que paga cada hogar por cada televisor (187 euros).

No cabe duda que en los últimos años, pandemia mediante, se ha dado un salto cualitativo y cuantitativo en la digitalización de los medios de comunicación. Ya no basta con reflejar el contenido creado para su emisión lineal, sino que cada vez se destinan más recursos a producir noticias exclusivas para su distribución en internet. Se está produciendo un volcado progresivo del contenido a estas nuevas formas de consumo.

Este plan que ha presentado de forma interna la BBC no cuenta con fechas —alguna de las medidas se aplicaría como pronto en 2025—, pero ya dibuja el horizonte para los próximos años. Medios de comunicación fuertes en el ecosistema de internet, con una estrategia sólida en consumo a la carta, pero sin dejar de lado canales de emisión lineal para las retransmisiones o las últimas horas.

12 expresiones que deberías saber si trabajas o quieres trabajar en radio

Como en cualquier otro oficio, la radio también tiene su propio argot. Son palabras y expresiones que sirven para comunicarnos rápidamente sobre cuestiones esenciales cuando uno está en directo. Los redactores (quienes cubren y redactan noticias), los editores (quienes seleccionan y jerarquizan esas noticias, y presentan el informativo) y los técnicos de sonido se entienden con este vocabulario forjado alrededor de los micrófonos. Estas son doce expresiones que deberías saber si trabajas en la radio o tienes pensado trabajar en ella.

Cuadra a pitos: Se pide al técnico que lo que suena encaje con las señales horarias, esos pitidos que saltan cada media hora en la radio. Por ejemplo, la publicidad o una canción se intenta que terminen justo antes de cambiar de hora y sonar esos pitidos.

Pitos limpios: Son esas señales horarias cuando van sin ningún sonido de fondo. También se suele usar la expresión ‘pitos en negro’.

Cuadra tú: Cuando en un informativo falta por ‘rellenar’ algunos segundos y ya no quedan noticias, se pide al técnico que termine de completar esos segundos. Normalmente, se suele alargar la música, añadir publicidad o promociones. Todo a gusto del técnico.

Voy corto, mete promos: Parecido a la expresión anterior, pero aquí se apuesta por promocionar los espacios de la emisora en las pausas publicitarias. Esta frase en muy usada en los agonizantes informativos de agosto donde no hay muchas noticias.

Con buenas tardes: El editor/presentador pide al redactor que comience a hablar saludando (normalmente suele ser un ‘buenas tardes’ o ‘buenas noches’) porque en el paso que él le va a dar, también le saludar de esa forma.

Vas con doble saludo: El editor/presentador saluda en primer lugar al redactor y este le devuelve el saludo. Después ya le da paso con la información que corresponda. Esto se suele dar cuando una noticia se divide en varias piezas o es un acontecimiento al que el editor le da especial importancia y realza la labor del redactor como experto en ese tema.

Tira la local: Este término se usa en las grandes emisoras que emiten en cadena para un territorio amplio, pero que a la vez cuentan con desconexiones para emitir programación y publicidad local. Esta indicación se lanza para que se produzca esa desconexión y cada emisora local emita su programación.

Entras en vacio: Cuando el locutor comienza a hablar sin sintonía, ni música de apoyo. También se suele emplear expresiones como ‘entras en negro’ o ‘ vas en negro’.

Cinco, ciudado, abro: Cuando se cierran los micrófonos mientras suena un corte, el estudio es una fiesta y todo el mundo empieza a hablar y a moverse sin preocupación. A falta de cinco segundos del corte que suena para acabar, el técnico avisa a través de la comunicación interna de los cascos que va a abrir el micrófono. Entonces todo el mundo recupera su compostura para continuar con el informativo.

Recojo yo después del corte: Quien diga esto será el que actúe después de sonar un corte. Puede ser el propio locutor para dar un apunte final o bien el técnico que meterá una ráfaga, un golpe, una sintonía…

¿Lanzas/Te tiras tú los cortes?: Cuando se locuta una crónica en directo fuera del estudio central, el técnico tiene que saber si tiene que pinchar él los cortes o si será el locutor en su lugar quien los pinche. Para esta segunda opción, el técnico no tendrá que hacer nada más que mantener abierta la línea de conexión, mientras que para la primera opción, necesitará tenerlos antes para lanzarlos él.

No llego, no llego: Muy usada en las redacciones de medios audiovisuales. El locutor la grita en alto y muy agobiado terminando de redactar o imprimir sus textos segundos antes de entrar en directo. Al final, mejor o peor, pero siempre se llega.

Bonus

¿Donde coño están ‘los de deportes’?: Se puede sustituir por ‘los del tiempo, los de trafico’, etc. En la radio se apuran mucho los tiempos y se llega al estudio, por lo general, segundos antes de entrar en directo. Esta frase se la oirás a un editor al borde del pánico al ver que tiene que dar paso a Deportes y todavía no hay nadie de esa sección en el estudio. Se han dado casos de estar leyendo el paso a esta sección y el compañero entrar corriendo por la puerta.