La semana pasada, la senadora Rita Barberá fallecía de un infarto en un hotel en Madrid, dos días después de haber declarado ante el Tribunal Supremo por presunto delito de blanqueo de capitales. Los diferentes partidos y políticos lamentaban su muerte —cada uno a su manera— en las sedes, los pasillos del Congreso y las redes sociales.
Fue en este contexto, cuando algunos amigos y compañeros de Rita Barberá aprovechaban para criticar a los medios de comunicación por la presión que habían ejercido hacia su persona. Sin ir más lejos, el Ministro de Defensa, Rafael Catalá, mostró su indiganción por «la campaña» que se puso en marcha contrá la senadora e hizo un llamamiento a «la responsabilidad».
Este tipo de declaraciones solo tienen sentido cuando se pretende hacer uso político de la muerte de una compañera. Los medios han hecho su labor de informar sobre los casos de corrupción. De hecho, fue el PP quien decidió apartarla para que no creará más daños en la imagen del partido. Y eso, según sus círculos cercanos, le causó ansiedad y una profunda pena. Si a esto sumamos otros dos factores más visibles como su sobrepeso y el hecho de fumar, según el presidente de la Fundación Española del Corazón, tenía posibilidades mayores de subrir un infarto.
El debate parecía que llegaba a su fin hasta que el pasado sábado, en un reportaje que emitió Informe Semanal, titulado Presunción de Inocencia, se puso en entredicho la labor de los medios a la hora de respetar la presunción de inocencia, concretamente, en este caso. Las frases eran del tipo: La aparición en escena de intereses particulares, partidistas o la búsqueda de audiencia a cualquier precio, podrían estar enturbiando el afán por limpiar lo público, deslizándose hacia un formato circense que se nutre del escándalo.
Es evidente que buscaba establecer algún tipo de relación entre la muerte de la senadora y el seguimiento mediático de su caso, dejando de lado, obviamente, lo más relevante periodísticamente: el trabajo realizado en Valencia y su caso en los tribunales. Pero esto no es nuevo. Esta estrategia de relacionar dos ideas, en los últimos años, se está poniendo muy de moda en TVE.