En televisión se deforma mucho la realidad. No sólo me refiero a que se deforma la realidad informativa -que también-, sino a que se deforma la realidad que captan las cámaras.
La primera vez que entré en un plató de televisión, me sorprendió lo que cambiaba de verlo en casa, a verlo con mis propios ojos. También me quedé alucinado la primera vez que entré en el hemiciclo del Congreso de los Diputados o en el del Parlamento Vasco. En pantalla, todo parece más grande y más amplio.
El truco más usado para agrandar estos espacios reducidos es usar objetivos de cámara llamados «grandes angulares». Estos objetivos tienen una distancia focal menor a la del objetivo normal, resultando un ángulo de visión mayor al de la visión humana. Esto se traduce en que la perspectiva se exagera, las líneas se distorsionan y la profundidad de campo aumenta. El gran inconveniente de este objetivo es que cuando deforma esas líneas, lógicamente, también deforma los objetos que hay.
Veamos en la práctica varios ejemplos con platós de televisión. Estos dos son los platós de los servicios informativos de ETB, la televisión pública vasca.
En este primero, fijémonos en la imagen de la izquierda tomada con una cabeza caliente cuyo objetivo es un gran angular. La E, la T y el monitor se deforman y se alargan de una forma espectacular si la comparamos con la segunda imagen, la real, tomada con mi cámara de fotos de objetivo normal.
Otra apreciación es que el lugar que ocupa el presentador trajeado parece estar bastante alejado, pero no es así. Como mucho estará a cuatro metros de la cámara.
Algo similar pasa en este segundo ejemplo. Aquí lo que se deforma son los laterales de la mesa, el mapamundi plasmado en el decorado de la derecha y el logo de ETB, en el de la izquierda.
Concretamente en estos dos casos, también para dar una mayor sensación de profundidad, se han elegido fondos blancos e iluminados y formas rotas en el decorado.
Cuando usamos grandes angulares, intentaremos que las personas que figuren en el encuadre estén en el centro, ya que si se encuentran en los laterales saldrán más deformadas y más «anchas». Además, romperán el efecto óptico de profundidad creado con el objetivo. Aquí hay un claro ejemplo en el que la presentadora rompe la composición. Es como si su cuerpo no fuera proporcional al resto de la imagen.
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Fotografía tomada por @scrab19 |