Vanessa Sánchez | Periodista y presentadora de ETB

“En Francia y Estados Unidos, los alumnos entran a las escuelas de periodismo después de haber estudiado otra carrera”

Vanessa Sánchez estudió periodismo y después de pasar por El Correo y Vasco Press llegó a ETB como corresponsal en París. Desde hace varios años trabaja como presentadora, antes del Teleberri de las 21h. y actualmente del informativo matinal de ETB2, Egun On Euskadi. Aunque confiesa que empezó en este mundo porque no le “quedaba otra” ahora reconoce que le gusta mucho lo que hace “a pesar del shock inicial de levantarse a las 5 de la mañana”.

Hoy en día el periodismo está sufriendo un desprestigio, ¿a qué es debido?

Yo creo que esto depende de los periodistas; algunos respetan mucho a la sociedad a la que informan y otros lo desvirtúan con sus propios intereses que no responden realmente a la profesión. Igual nos tenemos que fijar en estos periodistas que merecen nuestro respeto porque hay veces en las que se juegan la piel, por ejemplo, en Siria. Como en todas las profesiones, hay gente que se toma más en serio su trabajo y otra que lo desvirtúa con intereses propios que realmente no responden a la profesión.

¿Cree en la objetividad absoluta?

Al final todos los periodistas somos personas y tenemos nuestra sensibilidad, nuestro pasado y nuestro contexto. Cuando llegamos aquí hay que intentar no mimetizarse pero no somos máquinas. Trabajamos con una máquina pero desde el momento en el que nosotros estamos colocando una máquina, por ejemplo una cámara, en un sitio concreto, es porque queremos dar prioridad a una imagen. Pues igual en el texto.  Hay que hacer una labor y pelearnos por mantener esa objetividad, pero tenemos un filtro humano.

Cada vez se solicitan más periodistas todo-terreno, que sepan hacer de todo, ¿pero no sería mejor especializarse en algo concreto?

Está muy bien porque sabes de todo, pero la cara B de esto es que puedes acabar destruyendo empleos. Nosotros en eitb estamos trabajando en un grupo de medios y un corte de una entrevista que se hace en la tele, puede servir para la radio y también para internet. Aunque en los temas, hay veces que yo hubiera agradecido estar un poco más especializada, porque a veces he tenido la sensación de saber un poco de todo pero al mismo tiempo de nada y es un poco frustrante. En Francia y Estados Unidos, los alumnos entran a las escuelas de periodismo después de haber estudiado otra carrera y creo que eso tiene muchísima más lógica porque llegas sabiendo de un tema.

Iñaki  Gabilondo escribió en su libro El Fin de una Época que los periodistas tenían que seguir las cuatro C: conocer, confirmar, comprender y contar. Últimamente nos estamos olvidando mucho de la C de confirmar, ¿no cree?

Muchas veces lo que ocurre es la presión del tiempo o que no estamos suficientes en la redacción, con lo que hacemos muchísimas cosas en muy poco tiempo y difundimos lo que nos dicen fuentes que consideramos veraces. Las rectificaciones tienen mucha menos fuerza que la información que das en un primer momento. Hay que ser muy cuidadoso ya que se le puede hacer polvo la vida a alguien después de haber difundido algo negativo sobre esa persona.

El cierre de CNN+, de Canal 4 Navarra, la edición impresa de Público… ¿qué nos está pasando? ¿La crisis?

Sí y además el tema de Público me da mucha pena porque es un periódico que aunque supieras por donde tiraba, me sorprendía mucho con el tratamiento de muchos temas y me parecía una voz diferente. Con la TV e internet parece que no necesitas comprar la edición en papel y por eso los periódicos lo están pasando muy mal al igual que otros muchos medios de comunicación. Tengo la sensación de que se está empobreciendo el  espectador y esto nos afecta a todos.

Hoy en día cualquiera puede ayudar a la difusión de la información con las nuevas tecnologías, ¿empeorará la calidad del periodismo?

No, siempre y cuando se siga haciendo periodismo y aprendamos a diferenciar bien de donde viene cada información. Al fin y al cabo, acaba enriqueciendo y aporta algo más. Por eso nosotros pedimos y los espectadores nos envían imágenes o fotos, que acaban enriqueciendo el producto y por ello hay que agradecerlo debidamente.

¿Se está más obsesionado con la audiencia y en los informativos se emite lo que más le interesa al espectador en vez de la actualidad diaria?

Que la audiencia obsesiona está claro. Pero un informativo no se puede regir por este efecto sorpresa que pueden aportar ciertas imágenes; hay que tener a una persona mentalmente bien amueblada dirigiendo un informativo para que te aporte algo equilibrado en el que esté el interés informativo.

¿Cree que los informativos tiran más al entretenimiento que a la información?

Un poco más que antes sí. En nuestro caso, creo que tenemos pillada la medida pero yo no soy nadie para juzgar nuestros informativos [Risas]. Al final lo bueno es encontrar un equilibrio y no hacer un tostón, pero si además de informar bien, que en televisión ya es bastante, puedes aportar “un plus” de relajo para la mente y la vista, ¡estupendo!

Trabajó 6 años como corresponsal en París, has cubierto eventos como las elecciones en Ucrania, el tsunami de Tailandia y después pasas a presentar el Teleberri. ¡No para quieta!

…O sí que pare quieta cuando vine aquí porque fue otra historia ya que tenía mucho que aprender como presentadora. Es una carrera muy interesante y la verdad es que yo nunca la había buscado. Sí que había soñado con trabajar fuera porque me gusta mucho aprender sobre otras culturas, pero mi trabajo actual está siendo una gozada.

¿Qué tiene que decir a la gente que piensa que tu trabajo es el de un busto parlante?

El busto parlante hace un trabajo previo en la redacción de síntesis de los “intros” que tiene que leer; también se puede improvisar, de hecho, la semana pasada se nos fastidió el aparato donde leemos las noticias, el prompter, y no sé si alguien se dio cuenta de que no estaba leyendo. Tienes que tener grandes dotes de improvisación, saber comunicar, saber lo que estás diciendo y lo que ha ocurrido en días previos. Pero esto se adquiere con el tiempo y la experiencia.

Antes presentaba el Teleberri de las 9 de la noche y ahora el Egun On Euskadi a las 8 de la mañana, ¿qué edición informativa le gusta más?

En Teleberri de la noche una cosa muy buena es que tienes más tiempo para preparar las cosas y eso se nota. Al final en Egun On Euskadi hay noticias que justo me las puedo leer en plató. Sin embargo,  en este programa yo he aprendido esa capacidad de improvisar y a tener la mente mucho más despierta y ágil. El paso por el informativo de la mañana te curte mucho.

Ha presentado ya varias noches electorales en ETB1 ¿cómo se viven? Habrá mucha tensión e improvisación me imagino…

Yo estuve muy tranquila; pensaba que no, porque yo normalmente trabajo en castellano y al hacerlo en euskera, siempre te pones más nerviosa. Pero cuando íbamos a entrar en directo dije “Vanessa, tú tranquila y disfruta, que es lo fundamental”. Además, tenía muchas ganas porque yo hasta ese momento había vivido las noches electorales en la calle.

¿Qué se siente al informar sobre el fin de la actividad armada de ETA? ¡Es lo que cualquier periodista le hubiera gustado contar!

Mucho alivio porque todos lo estábamos deseando. No lo conté en directo por la hora en que se produjo, pero al día siguiente hubo muchas reacciones: yo me tiré desde las 8 hasta las 2 de la tarde emitiendo el programa porque teníamos ruedas de prensa, respuestas de las víctimas del terrorismo… Ese día también me gustó porque fue el día de las reacciones, tan interesante como una noche electoral.

 A la hora de informar, ¿qué tema le gusta más?

Me gusta más hacer periodismo de gente que te habla sinceramente, antes que entrevistar a los políticos donde el discurso parece más cartón. Yo cuando estaba en París hacía muchos temas sociales de inmigrantes, discriminación en el trabajo, el velo en los musulmanes, revueltas en los suburbios… Al de un tiempo comprendes por qué la gente vive como vive.

Hablemos de su trabajo, ¿cómo comenzó en ETB?

Empecé por casualidad porque yo estaba en el paro y no sabía qué hacer. Estuve trabajando de bailarina un año antes y una amiga me dijo que en ETB estaban buscado corresponsal en París y yo como viví dos años allí pues me lancé. La verdad es que en ETB no me ofrecían nada, me fui como autónoma y fue cuando más aprendí sobre la profesión. Siendo corresponsal tienes que estar 24 horas disponible. Al de un tiempo, Julio Ibarra se marchó y como necesitaban presentadora me propusieron hacer un casting y al final parece ser que fui la idónea.

¿Cómo es un día suyo en su trabajo?

A las 6 de la mañana entro a trabajar pero vengo en bici. Voy directa a vestuario, me pongo la ropa que me han dejado la víspera y de allí voy a maquillaje: me lavan el pelo, me lo secan, me maquillan y todo esto en una hora. A las 7 cuando estoy lista, tengo una hora para preparar todo el trabajo aunque para esa hora hay ya gente trabajando. Cuando llego tengo la escaleta de Egun On Euskadi y yo me centro en los titulares, en el tiempo y en los pasos a los reporteros. Aunque está todo escrito, yo adecúo a mi estilo y sintetizo la información.

Esta es una pregunta muy típica, ¿cuáles han sido la mejor y la peor noticia que le ha tocado dar?

La mejor noticia a nivel personal, un premio de calidad que le dieron a mi Ikastola en Vitoria y me costó mucho no meter una muletilla de felicitación. Sí que es verdad que a veces digo chorradas y luego me arrepiento, pero eso forma parte también de mi estilo. Pero a mí sí que me gusta soltar guiños a la gente. Con las peores noticias me han entrado ganas de llorar, como los atentados o dramas terribles.

¿Es un mito que los presentadores de noticias presentan vestidos de cintura para arriba sólo?

[Risas] Ahora en mi caso, como voy de cuerpo entero tengo que vestirme de cintura para abajo. Cuando presentaba Teleberri en el antiguo plató, en verano, venía de la playa con chancletas, me quedaba con la parte de abajo y me ponía por encima una chaqueta.

 ¿Qué es lo peor que le ha pasado en directo?

Quedarme en blanco y que me pillasen: yo volví a leer una cosa que ya la había leído y en realidad, tenía que contar otra cosa y no tenía ni idea a donde ir. Pedí perdón.

¿Cómo vivió los cambios en eitb en el año 2009? ¿Las televisiones públicas están demasiado politizadas?

Con mucha inquietud porque hasta el final no se decidieron muchos presentadores. La dirección parecía esperar a la primera excusa para echar a varias compañeras de su puesto de trabajo y además de muy malas maneras. Las televisiones públicas claro que están politizadas, desde que hay un cambio de Gobierno y cambia la dirección. Hay también organismos que ayudan a blindar más el medio de comunicación de injerencias de los políticos, pero eso responde a la tradición de cada país. Por ejemplo, en la BBC no cambia la dirección cuando hay un cambio de Gobierno.

En los últimos años se comenta que la calidad de los servicios informativos de eitb ha empeorado considerablemente. Esto no es un dato objetivo ni nada preciso, pero sí que lo es la caída de audiencia que han sufrido, ¿cómo lo ve?

Creo que ha habido muchos factores de esta caída: por un lado el hecho del cambio de dirección hizo que muchos espectadores se pasaran directamente a Televisión Española; por otro lado, se produjo un cambio en la forma de hacer los informativos, por ejemplo, escogiendo otros temas. La dirección habla de la diversificación de la oferta  y esto ha podido desinteresar a los espectadores que nos veían antes.